Desde la negritud de un sueño pacífico -donde no existen brazos o piernas o dientes- un dibujo lento en la espalda me trae hacia tus ojos como rayas negras de punto blanco. Le sonrío al sumi-e y dejo que tus manos desaparezcan el mundo.

bah... en este momento no me gusta el nombre que le puse a este blog..
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